La Isla la española, la República de Haití nuevamente se ve sacudida por la tragedia, lamentablemente no es la primera vez que se ve envuelta por la tragedia, históricamente la isla ha sido víctima de innumerables catástrofes no solo naturales si no también políticas y étnicas, esta isla de poco mas de 8 millones de habitantes y una renta per cápita que ronda los 1.614 dólares anuales por habitante, es la nación más pobre de Latinoamérica y quizás del mundo, parece sorprendente y penoso que las organizaciones mundiales y en general el conjunto de gobiernos del globo centre su mirada a los países más pobres del mundo cuando sucede una catástrofe, pero como siempre pasaran los días y el centro de atención de la isla caribeña irán desapareciendo a medida que la opinión pública, televisiones, radios y prensa en general vaya dejando de emitir información sobre el suceso.
Impresiona saber que miles de niños serán abandonados a su suerte después de toda las labores por parte de los organismos internacionales, solo queda apelar a la conciencia de las autoridades para que tomen carta sobre el asunto y eviten que miles de niños ocupen las calles y mueran por la falta de asistencia sanitaria y de alimentos.
El éxodo de los habitantes de Puerto príncipe la capital Haitiana, es inminente, migran hacia los campos donde poder conseguir alimentos y huir de los constantes saqueos y violencia que se está produciendo en la capital.
Parece surrealista el ver como tanta ayuda se ve mermada por la ineptitud de los órganos internacionales y también las lamentables actuaciones de algunos gobiernos que les interesa más el que se les reconozcan derechos por el mero hecho de haber sido los colonizadores y los celos casi ridículos al ver que no se está hablando de su desempeño en la tareas de ayudas a la isla, a la misma ve que no son capaces de coordinar las tareas de reparto de alimentos y se ven tristemente desbordados por la realidad.
Y ahora, solo cabe preguntarnos, ¿MERECE EL PUEBLO HAITIANO ESTE LAMENTABLE DESEMPEÑO?